EL MAESTRO

Nací en el instante en que surgió una pregunta de la boca de un niño. He sido muchas personas en muchos lugares. Soy Sócrates animando a los jóvenes de Atenas a descubrir nuevas ideas a través de las preguntas. Soy Anne Sullivan horadando los secretos del universo para ponerlos en la mano extendida de Helen Keller. Soy Aesop y Hans Christian Andersen revelando la verdad por medio de innumerables narraciones. Soy Marva Collins peleando por el derecho de todos los niños a la educación. Soy Mary McCleod Bethune edificando una gran universidad para mi pueblo, usando cajones vacíos de naranjas como pupitres. Soy Bel Kaufman luchando para ir en contra de la corriente. Los nombres de quienes practicaron mi profesión han ganado el reconocimiento de la humanidad… Booker T. Washington, Buda, Confusio, Ralph Waldo Emerson, Leo Buscaglia, Moisés y Jesús. Soy también aquellos cuyos nombres y rostros se han olvidado hace mucho tiempo, pero cuyas lecciones y carácter se recordarán siempre en los logros de sus alumnos.



He llorado de alegría en las bodas de los antiguos alumnos, he reído con regocijo en el nacimiento de sus hijos, y he permanecido con la cabeza inclinada por el dolor y la confusión en las tumbas cavadas demasiado pronto para cuerpos demasiado jóvenes. En el transcurso de un día se me ha pedido ser actor, amigo, enfermero y médico, entrenador, hallador de objetos perdidos, prestamista, chofer de taxi, psicólogo, padre sustituto, vendedor, político y defensor de la fe. Dejando a un lado los mapas, planos, fórmulas, verbos, historias y libros, no he tenido en realidad nada qué enseñar porque mis estudiantes han aprendido por sí mismos y sé que se necesita el mundo entero para decirte quién eres.



Soy una paradoja. Hablo más alto cuando escucho más. Mis más grandes regalos son lo que quiero recibir, agradecidamente, de mis alumnos. La riqueza material no es una de mis metas, pero soy un buscador de tesoros de tiempo completo, en mi búsqueda de nuevas oportunidades para que mis estudiantes puedan usar sus talentos, en mi constante búsqueda de esos talentos que a veces yacen enterrados en la autoderrota.



Soy el más afortunado de todos quienes trabajan. A un médico se le permite traer una vida en un momento mágico. A mí se me permite que esa vida renazca día a a día con nuevas preguntas, ideas y amistades. Un arquitecto sabe que si construye con cuidado, su estructura puede permanecer por siglos. Un maestro sabe que si construye con amor y verdad, lo que construya durará para siempre. Soy un guerrero que batalla diariamente contra la presión de los amigos, de la negatividad, del temor, de la conformidad, de los prejuicios, de la ignorancia y de la apatía. Pero tengo grandes aliados: la inteligencia, la curiosidad, el apoyo de los padres, la individualidad, la creatividad, la fe, el amor y la risa, todos ellos me ayudan a levantar mi bandera con su apoyo insuperable.


Y de esa manera tengo un pasado rico en recuerdos. Tengo un presente desafiante lleno de aventuras y entretenimiento, porque se me permite emplear mis días en el futuro. Soy un maestro… y doy gracias a Dios por eso todos los días.


Autor: -John W. Schlatter-

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Tuesday, September 20, 2011


Solo 11% de profesores de colegios oficiales habla un segundo idioma


Un estudio revela que estos maestros prefieren que sus hijos estudien en colegios privados.

En los colegios distritales enseñan más de 30.151 maestros y solo la mitad de ellos (52 por ciento) son bogotanos.

Pese a que la gran mayoría de estos profesores (88,9 por ciento) se sienten orgullosos de enseñar en colegios oficiales, paradójicamente, la mitad (56,3 por ciento) prefiere que sus hijos estudien en planteles privados, porque consideran que son más drásticos con la disciplina y con el rendimiento académico, cuentan con más recursos educativos y preparan mejor a los estudiantes para vivir en este mundo globalizado.

Estas preferencias quizás se explican en varios hechos: los educadores oficiales tienen mediana preparación académica, solo el 43,7 por ciento de los docentes cuenta con posgrado, el 5,1 por ciento con maestría y el 0,2 por ciento con doctorado; apenas el 19,6 por ciento dice que lee bien el inglés y un 11,1 por ciento lo habla bien; el 11,1 por ciento no tiene computador en su hogar y el 22,7 por ciento no navega en Internet, según los resultados de un estudio de la Universidad Nacional, sobre el perfil del educador distrital, contratado por el Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico (IDEP) y la Secretaría de Educación del Distrito.

Ese estudio, para el que se encuestó a 4.600 educadores en el segundo semestre del 2009, se procesó en el 2010 y se acaba de divulgar, estableció, al mismo tiempo, que uno de los graves problemas académicos que tienen los colegios oficiales es la escasez de medios para enseñar.

Buena parte de los maestros consultados (65,1 por ciento) expresaron que carecen, sobre todo, de computadores, incluso, de proyectores de acetatos o diapositivas.

"Esa es una de las insatisfacciones que se tienen como maestro, porque reduce la calidad. Por falta de recursos, tampoco se pueden hacer salidas pedagógicas", expresó Marta Ortiz, coordinadora de primaria del Colegio Aníbal Fernández de Soto.

El estudio identificó, además, que la mayoría del profesorado (67,7 por ciento) sobrepasa los 41 años, que más de la mitad (55,3 por ciento) tiene a su cargo 5 o más cursos y que, contrario a lo que se piensa, dijo el director del IDEP, Olmedo Vargas, "no todos son de la izquierda". Únicamente el 21,1 por ciento expresó esa inclinación, mientras que el 43,7 por ciento respondió que "no tenía preferencias políticas" y otro 3,2 por ciento se declaró de la derecha.
Pandillismoy atracos afectan a los colegios
Uno de cada dos maestros reveló que los conflictos violentos, el pandillismo, los robos, atracos y el consumo de sustancias son frecuentes en los colegios donde ellos enseñan. También, lo que más les molesta es cómo se comportan los alumnos (14%) y la indiferencia de los padres de familia con los hijos que estudian (13%).

Bachilleres y universitarios, con bajo nivel de inglés

El nivel es muy bajo aunque el país tiene un Programa Nacional de Bilingüismo desde el 2004.

Mientras que menos del 6 por ciento de los estudiantes de grado 11 es capaz de sostener una conversación sencilla sobre situaciones cotidianas y rutinarias (nivel B1, nivel pre-intermedio), esto lo logra un poco menos del 25 por ciento de los jóvenes que están terminando sus estudios profesionales. 
Así lo muestran los más recientes resultados de las pruebas Saber 11 y Saber Pro, que miden la competencia en este idioma de los jóvenes que cursan grado once y de quienes están a punto de terminar la universidad, respectivamente.
Y esto resulta preocupante pues este Gobierno tiene como meta que para el 2014 el 40 por ciento de los estudiantes de grado 11 alcance un nivel B2 de inglés (al que llega un 1 por ciento), así como el 20 por ciento de los jóvenes universitarios, exceptuando los licenciados en inglés. 
Lo anterior significa que los jóvenes que se gradúen no solo deberán sostener conversaciones en situaciones cotidianas, sino en variedad de circunstancias, donde esté implícita la capacidad de argumentar. 
Según el Icfes, mientras que en el 2010 solo el 3,73 por ciento de los bachilleres de calendario A (que reúnen a la mayoría de los estudiantes de once) tiene un nivel de inglés que le permite hablarlo de forma básica en circunstancias de la vida diaria (B1), solo un 1 por ciento logra dominarlo con fluidez (niveles B2, C1 y C2).
En el caso de los universitarios, según cifras de 2009 (las más recientes) apenas el 24,7 alcanza los niveles B1 en adelante. Las brechas son inmensas entre colegios públicos y privados, mas no entre universidades públicas y privadas.
Los planteles oficiales, por ejemplo, siguen rezagados con los privados: hay una diferencia de entre 20 y 30 puntos en los niveles avanzados. En el caso de las universidades, cerca del 75 por ciento de cada sector se ubica en los niveles básico e inferior del dominio del inglés. 
"En la educación superior, si se mira por áreas del conocimiento, los estudiantes con los más bajos desempeños están en los programas técnicos y tecnológicos y en los que estudian ciencias de la educación, que son la mayor parte de las licenciaturas, excepto la de inglés", afirma Isabel Fernandes, subdirectora de análisis y divulgación del Icfes. 
Además de los licenciados en inglés, los ingenieros, los médicos, los físicos, los arquitectos, los economistas y los matemáticos tienen los mejores resultados. Otra de las metas del Ministerio es que en el 2014 el 80 por ciento de los estudiantes de Licenciatura en Inglés (hoy lo hace un 42 por ciento) llegue al nivel Intermedio (B2).
"Estos resultados tienen que ver con la formación de los docentes que enseñan el inglés", afirma Fernandes. Según el Mineducación, de 13.324 docentes de inglés del sector oficial que han sido evaluados en su dominio del idioma, sólo el 25 por ciento alcanza un nivel intermedio de dominio (B2) y apenas un 6 por ciento supera ese nivel. 
Otra de las metas de este Gobierno es que el 100 por ciento de los docentes de inglés tengan un dominio de esta lengua en nivel intermedio (B2) en el 2014.

Monday, September 19, 2011

This article is to be published at "Educación y educadores" by October this year.


THE NEED FOR REFLECTIVE EFL TEACHER EDUCATION PROGRAMS IN COLOMBIA

Abstract

This article analyzes the need for new EFL teacher education programs (TEPs) that not only satisfy the expectations that Colombia’s society and State have of their EFL teachers but above all respond to the professional interests and needs of EFL student teachers (STs) and teacher educators (TEs). The main objective is, then, to argue for reflection and inquiry as valid options to allow EFL TEPs to move from merely implementing or transplanting imposed models or concepts to systematically generating opportunities to construct knowledge from and in their own practices and realities. The method used in this article takes principles and techniques from documentary research in order to inquire, present, and interpret specialized literature about EFL teacher education. The main findings are a set of basic aims, guidelines, principles, and focuses proposed for the creation of solid EFL university programs.

Key words

Teacher training, professional training, foreign language instruction, student teachers, teacher education schools (Source: UNESCO thesaurus).

LA NECESIDAD DE PROGRAMAS REFLEXIVOS DE FORMACIÓN DE DOCENTES EN INGLÉS COMO LENGUA EXTRANJERA EN COLOMBIA

Resumen

El problema que este artículo analiza es la necesidad de nuevos programas de formación docente (PFD) en inglés como lengua extranjera (ILE) que no sólo satisfagan las expectativas que la sociedad y el estado colombianos tienen de sus profesores de inglés sino que sobretodo respondan a los intereses y las necesidades profesionales de los estudiantes-profesores (EP) y los formadores de profesores (FP). El objetivo principal es, entonces, abogar por la reflexión y el cuestionamiento como opciones válidas para permitir que los programas de formación docente en inglés como lengua extrajera (PFD ILE) pasen de simplemente implementar o trasplantar modelos o conceptos impuestos a generar sistemáticamente oportunidades para construir conocimiento de y en sus propias prácticas y realidades. El método que el artículo sigue toma principios y técnicas derivadas de la investigación documental para indagar, presentar e interpretar literatura especializada sobre la educación docente en ILE. Los hallazgos principales son un grupo de metas, guías, principios y focos para la creación de sólidos programas universitarios en ILE.

Palabras claves

Formación de docentes, formación profesional superior, enseñanza de una lengua extranjera, estudiante-profesor, escuela de profesores. (Fuente: Tesauro de la UNESCO)

INTRODUCTION

Agray (2008) explains that the expectations that Colombian society has about the foreign language (FL) teacher are mostly based on instrumental demands because people want FL teachers to be able to teach what they need using a fast, easy, effective, and cheap method that does not imply a lot of time, study, or discipline. For their part, asserts Agray, the Colombian state and universities conceive the role of FL teachers in connection to quality practices, social responsibility and critical research. Concretely, the State and universities contend that the FL teacher should be a professional in foreign languages, pedagogy, and research equipped with a critical, reflective and ethical behavior and commitment. In spite of this, Agray maintains that there is a divorce between what the law establishes and the actions to make it happen. In other words, the official discourse about FL teaching seems to favor quality, research, and responsibility, but the everyday reality of FL classrooms reveals a disarticulation of actions and a lack of resources. That is why, Agray asserts that FL teachers as professionals and subjects should be the ones in charge of answering to what society asks not just to fulfill its external demands but also to satisfy their own internal needs.

Unfortunately, according to Shohamy (2006), most FL policies, educational reforms, and government regulations are imposed and manipulated without attention to the needs and wishes of those who are either affected by them or expected to carry them out. Through a variety of overt and covert mechanisms used by those in authority, states Shohamy, languages are manipulated and controlled so as to affect, create, and perpetuate not only the “correct” (pure, native-like, grammatical) use, but also group membership (“us/them”), inclusion or exclusion, loyalty or patriotism, economic status (“haves/have nots”), and classification of people. In a similar vein, Ricento (2006) claims that language-policy debates are always about more than language. To him, ideologies about language in general and specific languages in particular have real effects on language practices, and delimit to a large extent what is and what is not possible in the realm of language planning and policy-making.

In this regard, González (2009) states that the spread in Colombia of the ICELT (In-service certificate in English language teaching) and the TKT (Teaching knowledge test) play a clear role in the homogenization, businessification and inequality of EFL policies, reforms, and regulations in Colombia. To her, “Bilingual Colombia” as a language policy has brought about regulations on various aspects of the language learning and teaching such as desired standards, teachers’ qualifications and professional development. These regulations, explains González, reveal (a) a traditional view of the native speakers and their supremacy and ownership in the use of the language, (b) a lack of the analysis of the Colombian linguistic situation as a country placed in the expanding circle of World Englishes, and (c) a scarce discussion on the growing role of non-native speaker teachers in the TESOL profession. In 2007, González argues that the professional development model proposed in “Colombia Bilingüe” is a representation of colonial, traditional, and central discourses in ELT that needs to be reshaped by the new, local, and peripheral knowledge constructed by Colombian ELT scholars and teachers. 

It seems then that new EFL teacher education programs (TEPs) are needed if they are not only to satisfy the expectations that Colombia’s society has of its EFL teachers but also to respond to the professional interests and needs of EFL student teachers (STs) and teacher educators (TEs). This paper argues for regarding reflection and inquiry as valid options to allow EFL TEPs to move from merely implementing or transplanting imposed models or concepts to generating opportunities to construct knowledge from and in their own practices and realities. First of all, a brief overview of EFL TEPs in Colombia will be provided. Then, some key concepts about teacher education will be discussed succinctly. Next, EFL teacher education will be presented as a long-term process aimed at promoting and integrating distinctive but complementary domains and models. After that, some useful elements and suggestions based on reflective teaching will be suggested as suitable alternatives for new and improved EFL university programs. Then, inquiry will be proposed as a fundamental principle for EFL TEPs in Colombia. Finally, a basic description of what new EFL TEPs should have and do will be made.

EFL TEACHER EDUCATION PROGRAMS IN COLOMBIA

Most Colombian universities offering EFL TEPs assert that research and reflection are key elements in the formation of pre-service language teachers. National University of Colombia, for example, states that some of its objectives are: “Reflexionar sobre aspectos de la lengua, su pedagogía, su cultura” and “impulsar cambios a través de la investigación y el diario quehacer como educador”. Similarly, University of Valle maintains that one of its main objectives is: “Desarrollar en el estudiante competencias investigativas que le permitan indagar, reflexionar y discutir sobre problemas relacionados con la descripción pedagógica de las lenguas extranjeras y las áreas disciplinarias”. In a similar line of thought, University of Antioquia establishes that one of its axes is research since “…la investigación […] propicia una actitud crítico-reflexiva propia de la investigación pedagógica”.

These objectives seem to suggest a strong commitment of Colombian universities to engaging in reflection and research at every moment or stage of their formative programs. However, when reviewing the courses of study of 20 universities[1] is noticeable that most of them offer their pre-service teachers just 3 research-based academic spaces. These spaces usually appear around fifth, sixth, and seventh semesters as a preparation to the teaching practicum and previous to 2 thesis seminars. Only 4 universities (District University of Bogota, National Pedagogic University, National Pedagogic and Technological University of Colombia and La Salle University) seem to provide their pre-service teachers with more than 5 academic spaces devoted to research and/or reflective teaching in addition to teaching practicum and thesis seminars. Apart from being more numerous, these academic spaces tend to start from the first semesters of the pre-service teachers’ formative process, which may have a positive impact on their teaching training because, as Burns (2005) states, student teachers and teacher educators should be engaged as much as possible in developing their own theories of teaching, gaining more understanding of classroom decision making, and using strategies for critical self-awareness and self-evaluation.

On the other hand, a review of 10 Colombian academic articles and research studies on reflection and research[2] seems to indicate that work with reflective teaching and action research is highly linked to either pre-service teachers’ practicum or in-service teachers’ professional development. Zambrano and Insuasty (2009), for example, state that student-teachers demonstrate they gain significant insights as they enhance features such as evaluating and analyzing their teaching experience critically, identifying and solving problems, discussing their teaching with others, and improving classroom processes. Similarly, Muñoz, Quintero and Munévar (2002) claim that a research-action-reflection approach to practicum helps pre-service teachers to recognize the meaning of the educational profession, to transform their own practice and to strengthen the coherence between thinking and doing. For their part, Vergara, Hernández, and Cárdenas (2009) maintain that the study of classrooms done by in-service teachers helps in the development of learning and teaching theories, which ultimately paves the way for them to move from being mere consumers to generators of knowledge. Furthermore, Erazo-Jiménez (2009) views reflexive practice as professional metacompetence that is the basis for updating, furthering and mobilizing the professional knowledge of in-service teachers. Also, she asserts that it can work as a strategic way to reinforce the quality of education.     

Undoubtedly, Colombian universities and EFL TEPs have strived to make research and reflection part of their courses of studies for both pre-service and in-service teachers. However, this endeavor may have not been enough because, as Calvo, Rendón and Rojas (2004) claim, most efforts have been a result of national laws and regulations that may not account for what is really happening inside the teacher education units. These efforts, argue Calvo et al., may have been obstructed by the permanence of traditional pedagogical models that privilege technical training, which go against theoretical, pedagogical, and curricular innovation and restructuring promoted by research and reflection. Additionally, they point out that although there have been several proposals to strengthen reflection and research in teacher education and development, the articulation between the teaching-learning model of the institutions and their real possibilities for better formative processes has not been proved. In a similar vein, Caicedo (2008) states that TEPs need to be reconsidered so that they can implement new curriculum approaches to form educators able, among other things, (a) to develop critical and creative thinking, (b) to do and communicate research properly, and (c) to face today’s challenges holistically.

This brief overview of the Colombian context seems to suggest that Colombian EFL TEPs need to analyze how research is carried out in their courses of study and, more specifically, how a reflective teaching-learning philosophy can be infused in all their academic spaces and formative processes. Colombian TEPs should move from regarding reflection as a simple strategy to improve pre-service teachers’ practicum and in-service teachers’ development to integrating it into all their teaching and learning practices. Reflective teaching should, then, be considered as a fundamental approach to observing, criticizing and transforming teacher education, and ultimately, improving the quality of education. The next section discusses teacher education in some detail.    

TEACHER EDUCATION

UNESCO (1990) declares that teacher education refers to both pre-service and in-service programmes which adopt both formal and/or non-formal approaches in a continuing process focused on teacher career development. In this respect, Villegas-Reimers (2002) defines teacher education as a long-term process that includes regular opportunities and experiences planned systematically to promote growth and development in the profession. To Cochran-Smith and Zeichner (2009), teacher education or teacher preparation is...


[1] This review was made based on the information that the universities have at their websites about their EFL TEPs.
[2] This review was made based on reflective and research articles published in the last 10 years by long established and well-known Colombian Journals: PROFILE (National University of Colombia), ÍKALA (University of Antioquia), CALJ (District University of Bogota), and EDUCACIÓN Y EDUCADORES (University of La Sabana).

Monday, September 12, 2011

La farsa de las publicaciones universitarias


La farsa de las publicaciones universitarias

Pablo Arango

Mención de Honor del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar en la Categoría Educación
Un montón de papeles arrumados, mal escritos, que no aportan nada nuevo y que nadie lee es la síntesis de la producción académica colombiana en los últimos años. ¿Qué hay detrás de este exceso de nada? Un catedrático y editor universitario escarba entre montañas de pies de página y encuentra unas cuantas verdades.

Según Colciencias, solo en el área de “ciencias humanas” hay actualmente 96 revistas especializadas en Colombia (en esas ciencias incluyen, por motivos bastante misteriosos para mí, la teología). Se supone que estas publicaciones tienen como fin principal mostrar las ideas y descubrimientos de los investigadores, eruditos, críticos y demás miembros de una comunidad académica. Se espera, por lo tanto, que contribuyan al avance de las disciplinas mediante la discusión abierta de cualquier tópico que se presente. También se supone que cualquier neófito o diletante con curiosidad encuentre en ellas iluminaciones sobre los fenómenos estudiados, pues tratándose de ciencias humanas, puede esperarse que sus materias sean más o menos de comercio cotidiano para todos. Sin embargo, lo anterior solo son pajaritos en el aire. Porque lo que uno encuentra cuando consulta esas revistas es una serie de escritos contrahechos, triviales, autocomplacientes y, desde luego, casi ninguna discusión o crítica genuinas. Quizá esto explique por qué la mayoría de estas revistas especializadas tiene tan pocos lectores –si es que los tienen.
Con los libros ocurre algo similar: es muy difícil, por lo menos para mí, establecer cuántos títulos publican anualmente las universidades y los profesores universitarios, pero hay claros indicios de que son demasiados. Como en el caso de las revistas, la circulación de estos títulos es muy reducida, y no precisamente por la especialización, sino más bien por un fenómeno similar al de las publicaciones periódicas: los autores no escriben para ser leídos, sino para engrosar su currículo y aumentar su sueldo. El público lector, por su parte, tampoco se interesa por los títulos de las editoriales universitarias. Hace un tiempo, unos amigos decidieron vender libros universitarios, pues creían, con redomada buena fe, que allí debían existir obras de primerísima calidad. Escogieron cerca de 600 títulos atendiendo a lo que podía considerarse de interés para el público general. Después de un año de bregar con toda suerte de promociones, pautas y presencia en ferias del libro, consiguieron vender la exorbitante cifra de 18 ejemplares. ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué la gente mira con tanta suspicacia cualquier impreso universitario? ¿Qué puede explicar la existencia, en el mundo académico, de tantos escritores y tan pocos lectores? Por increíble que parezca, las respuestas a estas preguntas dependen de dos leyes.


El Decreto 1444
En 1992 el gobierno colombiano expidió un decreto que establecía, entre otras cosas, una serie de estímulos para los profesores de las universidades públicas. La intención de la norma era persuadir a los docentes para que, además de dar clase, hicieran contribuciones al conocimiento, asumiendo ingenuamente que tales aportes no se habían dado por falta de instigación.

El decreto decía que a los profesores que publicaran “trabajos, ensayos y artículos de carácter científico, técnico, artístico, humanístico o pedagógico [...] libros de investigación, libros de texto [...] y materiales impresos a nivel universitario” se les subiría el sueldo en distintas proporciones. El decreto asignaba puntajes del siguiente modo:
Por trabajos [...] publicados en revistas especializadas del exterior de nivel internacional [...] hasta ocho puntos por cada trabajo [o], publicados en revistas nacionales especializadas de circulación nacional, hasta cinco puntos por cada trabajo [...] Por libros que resulten de una labor de investigación [...] hasta veinte puntos por cada uno [...] Por libros de texto, hasta doce puntos cada uno. Por publicaciones impresas a nivel universitario de carácter divulgativo o de sistematización del conocimiento [...] hasta cinco puntos por cada una.

La manera de otorgarle definitivamente los puntos a un profesor consistía en mandar el “trabajo” para que fuera evaluado por un “par académico” –esto es, otro profesor– quien lo calificaba, con base en lo cual los comités constituidos en las universidades para la definición del aumento de sueldo tomaban la decisión final. Así, para expresarlo en valores actuales, si un profesor publicaba un libro y el comité y los pares académicos lo avalaban, se le subía el sueldo mensualmente en $182.600, equivalentes a 20 puntos (un aumento que tiene efectos en las pensiones, cesantías, primas y demás arandelas, lo cual equivale a una suma mayor).

Naturalmente, la avalancha de contribuciones cayó como un tsunami de papel y tinta. Mucha gente a la que nunca en su vida se le había ocurrido poner por escrito lo que se le pasaba por la cabeza, comenzó a publicar y a publicar. No solo se produjeron toneladas de publicaciones en medios tradicionales (libros y revistas), sino que gracias a la infeliz expresión “materiales impresos a nivel universitario” se reclamaron aumentos salariales por la más variada cantidad de majaderías que un nacido de mujer haya visto u oído. A un colega, por ejemplo, le pidieron que le asignara puntos a un profesor por haber ¡redactado el acta de una reunión!

Con semejante incentivo para publicar, no es de extrañar lo que pasó: cundieron las autoediciones, las editoriales que publicaban a un reducido grupo de autores o incluso a uno solo, las revistas y, desde luego, los escritores. Pasó que áreas en las que anteriormente se publicaba poco, como la educación física, adquirieron una fertilidad insólita (libros sobre epistemología del movimiento, o sobre epistemología de la educación física, o “materiales impresos a nivel universitario” que no eran más que notas de preparación de clase). Pasó que el evaluador de un trabajo era después evaluado por el autor de ese trabajo, creándose así un círculo de jueces mutuos. Pasó que gente que nunca antes había tenido contacto ni interés por la investigación publicaba artículos sobre “metodología de la investigación” o “reflexiones sobre la naturaleza de la investigación”. Pasó lo que tenía que pasar: los profesores de las áreas más propensas a la charlatanería aumentaron sus salarios muy por encima de otros que trabajaban en disciplinas donde resulta más difícil hacer pasar moneda falsa (una queja común de los profesores de ciencias naturales o de matemáticas era que para ellos era más duro publicar un artículo, mientras un poeta o un pedagogo podían publicar varios libros al año).

Algunos duplicaban su salario en apenas un lustro. También se conformaron carruseles, como en política: un profesor ponía como coautor intelectual de un artículo a un colega, y éste le retribuía a su vez poniéndolo como coautor de los propios, de tal modo que ambos recibían el premio. La tentación de aumentar el sueldo mediante publicaciones era tan grande que algunos no aguantaron: hubo plagios descarados e impunes. Aún hoy, trabajan en la Universidad de Caldas profesores que fueron denunciados por plagiar un libro entero, lo cual no les ha impedido ser decanos y tener registrados en Colciencias dos grupos de investigación clasificados por esta institución en las más altas categorías de calidad.

Durante el gobierno de Andrés Pastrana esta zona de distensión se terminó, o eso creyeron muchos. En 2002 el presidente expidió un nuevo decreto, el 1279, que derogó l’Ancien Régime de estímulos que he venido comentando, e instauró uno nuevo...


2.500 idiomas están a punto de extinguirse


2.500 idiomas están a punto de extinguirse

La globalización y la presión en comunidades indígenas por integrarse a la cultura dominante aceleran la desaparición de las lenguas en el mundo, según expertos reunidos en la Pontificia Universidad Católica de Quito.
De los 6.000 idiomas censados en el planeta, más de 2.500 están en riesgo de desvanecerse, según la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Entre ellos se encuentran, por ejemplo, el andoa ecuatoriano, del que queda tan solo un hablante. Los continentes donde la amenaza es mayor son Oceanía y América; así, en Brasil 190 idiomas están en peligro, en México 144, en Colombia 68 y en Perú 62.

Ambiente escolar afecta salud mental


Ambiente escolar afecta salud mental


Los niños que estudian con materiales escolares inadecuados y bajo la tutela de profesores con problemas de autoestima laboral presentan un índice de trastornos mentales mayor que el de sus compañeros que reciben una educación en ambientes más sanos.
Así lo estableció una investigación de la socióloga Melissa Milkie, de la Universidad de Maryland, en la que se evaluó la salud mental de aproximadamente 10.700 estudiantes de los primeros grados en Estados Unidos. Según Milkie, “sociólogos y otros investigadores invierten una gran cantidad de tiempo analizando la relación entre ambientes laborales y la salud mental de los adultos, pero pocos le prestan atención a la relación entre los niños y sus ambientes escolares”.
Los resultados del estudio, publicados en el Journal of Health and Social Behavior, indican que aquellos estudiantes que asisten a escuelas con profesores que confiesan sentirse menospreciados por sus colegas, además de no contar con material pedagógico apropiado, obtienen un menor desempeño en pruebas de salud mental. Específicamente en cuatro aspectos que fueron los evaluados por Milkie y su grupo: aprendizaje (atención), externalización de problemas (peleas), comportamiento interpersonal (crear lazos de amistad) e internalización de problemas (ansiedad y tristeza).
“Nuestra investigación demuestra que el ambiente escolar realmente es importante cuando se trata de la salud mental de los niños”, apuntó la socióloga norteamericana.
Los materiales educativos propicios para el aprendizaje y el bienestar de los estudiantes abarcan desde el simple lápiz y papel hasta muebles, computadores, instrumentos musicales y artículos de arte. “Estar en un salón de clases donde no hay este tipo de recursos termina impactando la salud mental de los niños porque se sienten frustrados por lo que ven a su alrededor”, explicaron los realizadores del estudio.
En cuanto al estado emocional de los maestros, se hizo evidente que la falta de apoyo y estímulos de parte de sus colegas y de los rectores de las instituciones impide que generen un ambiente escolar agradable para el desarrollo de los estudiantes.